¿Os imagináis la sensación de llegar a la clase y que alguien encuentre algo en el buzón?
Pues las caras de emoción y los gritos lo dicen todo.
El/la más afortunado/a en llegar, levanta y agita el "trofeo", a la voz de:
- ¡¡Caaaaaaarta!!
... Y el revuelo ya está garantizado: todos los demás se apiñan alrededor, impacientes por desvelar la sorpresa.
Hemos de confesar que nos lleva unos minutos recuperar la calma y prestar atención al contenido.
Pero, ya sabéis "sin emoción no hay aprendizaje".
Esta vez la misiva llega desde Australia.
¡Cuánto estamos aprendiendo este año con la viajera Elisa! Geografía, costumbres, gastronomía, banderas... de los lugares que visita.Hoy, concretamente, con su carta nos ha enviado un auténtico boomerang de madera decorada, que los indígenas australianos utilizaban para cazar.
Y una sabia reflexión: "practicando a lanzarlo aprenderéis a tener paciencia, a no rendiros nunca y a intentarlo una y mil veces, hasta conseguir vuestros objetivos".
¡¡Gracias, Elisa!!
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